Mientras en el primer semestre del 2018 fueron 48 los estudiantes extranjeros de intercambio en la Universidad, esa cifra se incrementó hasta 112 personas en el segundo semestre. A ellos se les suman 73 estudiantes de intercambio de universidades nacionales.
A sus 29 años, Simón Caspar Vollmer ha tenido que desprenderse de algunos prejuicios que tienen los europeos sobre Colombia, entre ellos, el de asociar a los colombianos solo con la violencia. Su familia y amigos en Alemania se sorprendieron de que eligiera la ciudad de Medellín para hacer un intercambio académico, les parecía peligroso y arriesgado. ¡Cuídate!, le decían.
Pero Simón quería comprender el proceso de transformación colombiano, según él “de un pasado violento a un futuro esperanzador”. Por eso eligió el pregrado de Filosofía de la Universidad de Antioquia para hacer su intercambio y decidió viajar.
“Cuando llegué al aeropuerto de Rionegro, a media noche, encontré una atmósfera distinta”, relató Simón Caspar, quien proviene de la Universidad de Giessen. “Varias personas me ayudaron amablemente a llegar a la ciudad de manera segura. Sentí que tenía que superar ese estereotipo porque en todas las ciudades del mundo, incluso en Alemania, hay lugares peligrosos en los que hay que tener cuidado”.
Junto a Simón, otros 111 estudiantes de países como Alemania, Argentina, Chile, México, Perú y Suiza, comenzaron a estudiar en la Universidad de Antioquia desde que se inició el segundo semestre académico del 2018. Así como 73 estudiantes colombianos que llegaron de ciudades como Medellín, Bogotá, Tunja y Bucaramanga.
Una de ellas es María Clara Marulanda Henao, una cartagenera que estudia Ingeniería Ambiental en la Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín, y que decidió hacer un intercambio en el mismo pregrado, en la Universidad de Antioquia, con el fin de conocer otro enfoque de esta carrera.
María Clara quiso estudiar en la Universidad de Antioquia después de terminar el bachillerato, intentó ser admitida y a pesar de no lograrlo en su momento, encontró la manera con la modalidad de intercambio nacional.
“Con las tres semanas aquí siento que las expectativas se han cumplido porque las materias son muy diferentes a las de mi pregrado de origen y por lo tanto, me han aportado porque complementan los conocimientos”, afirmó.
Simón Casper también siente que sus expectativas se han cumplido en cuanto a mejorar su español y conocer la cultura colombiana. Destacó también la posibilidad de profundizar en el pensamiento político y filosófico colombiano. “Me sorprendió el alto nivel de los cursos, los compañeros y profesores dan los debates con altura, y debo esforzarme para seguir las clases. Esa es una prueba para mí de la buena calidad de la educación en esta Universidad”, agregó.
Quien encuentra un amigo, encuentra un tesoro
Al llegar a una Universidad distinta, los estudiantes de intercambio se encuentran ante un abanico de posibilidades —dónde vivir, cómo llegar, qué hacer—, y quién mejor que un amigo o un ´parcero´ para ayudarles.
En el programa Parcero, los estudiantes de intercambio encuentran a estudiantes locales que sirven como voluntarios para acompañarlos en sus necesidades de alimentación, hospedaje y movilidad.
“Es tener a una persona que te ayuda a resolver dudas y te ofrece su amistad”, indicó el coordinador del programa, Alexander Cardoso Gil, para quien este acompañamiento también sirve para que los extranjeros conozcan la ciudad y la región a través de salidas y actividades.
Los voluntarios en el programa Parcero también se han ido aumentando: comenzó con 7 personas en el 2010 y hoy son 60. Entre las razones de este incremento están que los voluntarios se ven envueltos en un intercambio cultural, amplían su red de contactos en el mundo e incluso conocen lugares propios que nunca habían visitado.
Por su impacto, este programa ha sido reconocido por distintas universidades. A principios de agosto del 2018, un grupo de 4 voluntarios del programa Parcero participaron en un curso de liderazgo global en la Universidad de Pittsburgh, Estados Unidos.
“Buscaban personas que impactaran positivamente en comunidades alrededor del mundo y que fueran reconocidos por su liderazgo. La Universidad de Pittsburgh nos dio 4 cupos y la Universidad de Antioquia financió parte del viaje”, apuntó Alexander Cardozo, estudiante del pregrado Traducción Inglés, Francés, Español.
Junto a los 4 ´parceros´ colombianos también participaron líderes de países como Kosovo, Perú y Argelia. Lo aprendido en el curso les servirá para diseñar estrategias de trabajo con los estudiantes extranjeros y nacionales que cada semestre eligen a la Universidad de Antioquia como su destino académico.